martes, 30 de abril de 2013

sigo buscando...

Siempre estuve entre la realidad y lo invisible, entre la ficción y lo aceptable, entre la religión y el misticismo, entre la magia y el día a día cotidiano.

mi madre, bien católica pero sin ser fanática, aunque sabía de la doble moral de los curas y sus hábitos, era muy abierta a todos estos temas de misterio y entendía mas de la vida que la mayoría.   mi padre una especie de místico esotérico creyente que sembró la mayoría de las dudas que me iniciaron en el camino del por qué? para qué? de donde?  hacia donde? y hasta cuando?.

muy temprano, a mis 4 años, estaba en la cama de mis padres cuando vi una amorfa luz titilánte  de varios colores que venía por mi lado izquierdo y hacia donde miraba ella se movía, esto en esa ocasión duraría unos segundos, pero no le presté mucha atención, en ese momento todas las cosas eran nuevas para mi.

en los días siguientes se repitió constantemente, solo que cada vez la experiencia era mas larga y aterradora. después de que la luz aparecía titilaba cada vez mas rápido hasta el punto en el que mis sentidos se anulaban y se despertaban otros que no sabía que tenía, ya no podía ver, los colores, las formas, nada tenía sentido, todo estaba revuelto, como una especie de acuarela fresca, que alguien   mezcló con las manos. de pronto sentía que llegaban en grupo, no los podía ver pero si los podía ver, y ahora pasaba lo mismo con mis oídos, los oía decir cosas en otro idioma que nunca había oído pero que en ese momento lo entendía. estaba como en una especie de juicio donde yo era el culpable, el acusado, me señalaban sin tregua y no podía defenderme. al final nunca terminaban de juzgarme  y de un momento a otro todo desaparecía, dejando este mundo en acuarela y un miedo profundo. después de 10 o 15 minutos volvía todo a la normalidad pero me demoraba en reconocer a la gente, no sabía donde estaba ni como me llamaba eran síntomas típicos de la epilepsia. pero sin epilepsia.

mis padres al ver que esto pasaba de 4 a  5 veces por semana me llevaron al neurólogo.
el hombre muy atento a mi historia no entendía nada ni mucho menos se imagina que tratamiento podía hacerme, pero muy profesional me mandó unos exámenes. electroencefalograma. así se llama, tenían que llenarme la cabeza con unos cables que en la punta tenían una maza cremosa que al final quedaba como un chicle. después de cada sesión me tocaba casi que raparme.

nunca los exámenes dictaron algo distinto a que todo estaba normal, que era un niño sano, que todo estaba en mi imaginación., de todas formas por si acaso necesitaba carbamazepina. Tegretol y acido valproico. valcoter. medicinas especiales para estos casos.

mientras tanto yo seguía teniendo estos episodios y nadie ni nada me daba respuesta a lo que me pasaba. por otro lado, esta medicina tan terapéutica me volvió muy agresivo, mi estado de animo variaba constantemente de la euforia a la depresión absoluta, de la rabia a la tristeza, del odio al amor todo a la vez y en un segundo. yo no me lo inventaba, era real y me tocaba vivirlo a diario.

a los 11 o 12 años tuve un episodio mas de estos, pero esta vez convulsioné. me desconecté totalmente de la realidad, como un mecanismo de defensa, a partir de ahí las cosas cambiaron, cada vez que me daba algo así convulsionaba pero cada vez menos y ya no me juzgaban solo llegaban y era todo muy confuso, como si me enfrentara a ellos, como si vinieran por algo o a llevarme, pero no era la muerte, esto estaba por encima de ella, podría morir mil veces y seguirían ahí, conmigo. era agotador, no entendía nada.

esto se ha repetido toda mi vida, solo que ahora no tomo medicinas ni voy al medico, he entendido que la razón de esto está en otra parte, tal vez muy adentro y a medida que pasa el tiempo he ido encontrando repuestas que me han ido llevando por múltiples caminos.

sigo buscando...









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